Suscribirse a la Newsletter de Beckmesser

¡No te pierdas ninguna noticia!

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Busca las entradas de cada mes

Últimas 20 entradas

Últimos tuits de Beckmesser

Romanticismo heroico en Ibermúsica
Jonas Kaufmann, el deseado, en Sevilla
Por Publicado el: 28/10/2010Categorías: Crítica

EL ALQUIMISTA DEL TECLADO

EL ALQUIMISTA DEL TECLADO
 
Auditorio Nacional (Ciclo de grandes intérpretes/Scherzo)
Obras de STROPPA, LISZT, MESSIAEN, BARTOK y RAVEL. Pierre-Laurent Aimard (piano).  Auditorio Nacional, 26 de octubre de 2010.
______________________________________________________________
 
Alumno de Yvonne Loriod, discípulo espiritual de Boulez –que cuando tenía 22 años lo llevo al equipo fundacional del Ensemble Intercontemporain-, Pierre-Laurent Aimard (Lyon, 1957) es un caso singular de carrera internacional elaborada sin prisa partiendo de los atriles de un conjunto hasta llegar a su actual posición de privilegio musical –desde 2009 es director artístico del Festival de Aldeburgh, que impulsara Benjamin Britten, y también ejerce la dirección de orquesta con formaciones como la Orquesta de Cámara de Europa- y por ende discográfico –firmó recientemente contrato con Detsche Grammophon-, todo ello unido a una desusada inteligencia estética. Su programa, segunda de sus visitas al ciclo de grandes pianistas de la Fundación Scherzo, era reflejo de esa sapiencia: “De pájaros y paisajes” lo titulaba José Luis García del Busto en no menos sabias y atinadas notas de programa.
Con Liszt como “bajo continuo” –cuatro de sus obras se intercalaban entre las de los otros compositores-, Aimard visitó la Villa d’Este en Tivoli (“Cipreses” y “Juegos de agua” trazados por Liszt en el segundo cuaderno de “Los años de peregrinaje”), habló de pájaros (“San Francisco de Asís predicando a los pájaros” de Liszt, “Le traquet stepazin” de Messiaen y los “Pájaros tristes” de Ravel), entonó duelo con Bartók (“Nénie”) y pasó revista a tres de los “Miroirs” de Ravel, cerrando sesión con la “Alborada del gracioso” del maestro vasco-francés. Aimard es un cincelador, un orfebre del sonido, un alquimista del teclado, que extrae, puntualiza y disecciona las sonoridades del piano con arte de bruñidor. Su magia en las redomas del son no está exenta de poesía, que cristalizó en la recreación del “Valle de Obermann” de Liszt, pero la cima de su arte se hizo patente en otro valle al término de la sesión, el “De las campanas” de Ravel, con una gradación de intensidades y progresiones que fueron casi entelequia sonora. Su actuación fue un “tractatus” de sortilegio sónico. José Luis Pérez de Arteaga

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

banner-calendario-conciertos

calendario operístico 2023