Butterfly en el Met con Grigorian y Tetelman

El cine, magnífica alternativa para la ópera

El pasado fin de semana se pudo disfrutar de la retransmisión de la matiné de Madama Butterfly desde el Met en muchos cines de España gracias a la cadena Yelmo. De entrada, sorprendió la enorme afluencia de público en el Planetocio de Villalba, a pesar de tener lugar el Festival de Eurovisión a la misma hora. El reparto era difícilmente superable con Asmik Grigorian y Jonathan Tetelman como pareja protagonista en la conocida y colorida producción de Anthony Minghella. No hay teatro en el mundo con espectáculos comparables, por mucho que algunos puedan parecer rancios escénicamente, pero es que los patrocinadores no quieren poner su dinero en producciones que espanten la audiencia.  

La ópera de Puccini es la última de la serie de esta temporada y en la retransmisión se anunciaron las que podrán verse en la próxima: Los cuentos de Hoffmann, Grounded de Jeanine Tesori, Tosca,  Aida, Fidelio, Las bodas de Fígaro, Salome y El barbero de Sevilla.

Muchas son las cosas que admirar cuando se acude al Met neoyorquino, empezando por la plaza del Lincoln Center, con su fuente, a donde se vuelca el teatro, la New York City Opera, la Juilliard o el NYC Ballet. Unos paneles permiten conocer las óperas en cartel. Cuatro títulos diferentes en tres días. Toda una demostración de un poderío, aunque a través de su enorme frontal de cristal se vislumbren los dos inmensos Chagall que la institución tuvo que hipotecar para hacer frente a la crisis.  

Todo esto se puede ver en el cine en los numerosos planos que enfocarán a la plaza y a la enorme lámpara de la entrada del teatro. Pero verán muchas más cosas además de estas obras. En los descansos tendrán a Asmik Grigorian, Joyce DiDonato o cualquier otra estrella que en esos momentos se encuentre trabajando en el Met, presentándoles la ópera de turno y entrevistando a sus protagonistas. Los verán en sus camerinos, en el green room o en el propio basckstage. Y verán también cómo se realizan los cambios de decorados entre cada acto. Todo un entretenimiento.

La soprano Asmik Grigorian ©Jonathan Tichler MET Opera

Peter Gelb, director del Met, apostó por estas retransmisiones, que proporcionan al teatro un público adicional de más de tres millones de espectadores y unos beneficios superiores al millón de dólares. Dato curioso es que el 50% de los aproximadamente 25 euros de cada localidad en el cine va a parar a las arcas del Metropolitan. A las más de cuatro mil personas del aforo del teatro, uno de los de mayor aforo del mundo, se unen casi 300.000 personas en cada retransmisión.

Es evidente que los teatros se han quedado pequeños, que sus costes se han elevado astronómicamente y que afortunadamente se han abierto nuevos caminos, tanto para su financiación, como para facilitar el acceso al género a un público que no puede abonar los trecientos euros de una butaca. En España ha acudido bastante público, porque por 25€ se pueden ver y escuchar producciones y voces impensables en nuestros teatros, que llegan a alcanzar precios superiores a los 400€ por un nivel netamente inferior.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y los aún pocos años del experimento parecen estar demostrando que lo que se gana por un lado se pierde por otro, que se llenan los cines y se vacían los teatros. Tanto es así que las dudas sobre la repercusión económica de estas retransmisiones se han dejado sentir en las discusiones entre Gelb y los sindicatos durante la última crisis del Metropolitan. El tiempo dirá.

Gonzalo Alonso