Suscribirse a la Newsletter de Beckmesser

¡No te pierdas ninguna noticia!

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Busca las entradas de cada mes

Últimas 20 entradas

Últimos tuits de Beckmesser

caballe-fazLa Voz a ella debida, por A. Reverter
Leonard-BernsteinBernstein, cien años de un genio
Por Publicado el: 17/09/2018Categorías: Colaboraciones

Gustavo Gimeno, un valenciano en la cumbre de la dirección de orquesta

Gustavo Gimeno

Gustavo Gimeno, un valenciano en la cumbre de la dirección de orquesta

 

Las mejores orquestas de ambos lados del Atlántico se disputan las muy escasas fechas disponibles de su codiciada agenda. En apenas un lustro, el director valenciano Gustavo Gimeno (1976) se ha asentado en la cúspide de la dirección de orquesta. Chicago, Boston, París, Múnich, Cleveland, Londres, Nueva York, Viena, Los Ángeles o Berlín son escalas permanentes en su carrera meteórica. El actual director titular de la Filarmónica de Luxemburgo tuvo el coraje de abandonar hace apenas unos años su confortable posición de solista de percusión de la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam para aventurarse en una carrera con la batuta de arriesgado futuro.

El tiempo ha dado la razón al director valenciano, que actualmente se encuentra situado en la exclusiva posición propia de los más grandes directores: los que se permiten el lujo de frecuentar únicamente los podios de las orquestas que consideran de verdadero nivel; incluso seleccionar entre las varias invitaciones de importantes formaciones sinfónicas y teatros de ópera que ya le han ofrecido la titularidad. Él, cauto y profesional, se lo piensa y repiensa, aunque todo apunta, que más prontísimo que tarde recalará como titular en alguna importante capital musical sin abandonar su fructífera labor en Luxemburgo, donde acaba de renovar su contrato hasta junio de 2022.

Escribe el redactor estas líneas mientras escucha la exitosa grabación de Gimeno de la Cuarta sinfoníade Mahler al frente de la Filarmónica de Luxemburgo. Apenas unos compases bastan para entender a la perfección los porqués de tan rápida y ascendente carrera. El director expresa, dice, se regocija, comunica y mima el sonido. Sus interpretaciones tienen fuste, solera, criterio, hondura, verdad y calidad. Fuego y ensimismamiento. Sutileza y potencia. Como lo señala y aplaude la crítica de los mejores medios musicales internacionales. Sus grabaciones de Mahler, Debussy, Stravinski, Shostakóvich, Bruckner o Ravel destilan calidad y excelencia, y se emplazan como referencias ineludibles en la discografía del siglo XXI.

En Valencia habrá dos ocasiones esta temporada para ver dirigir a su director más ilustre. La primera, junto a la Filarmónica de Luxemburgo, en el Palau de la Música, el 13 de noviembre, precisamente con la Cuarta de Mahler que ahora acompaña la redacción de estas líneas. Volverá el 25 de mayo, para ofrecer en esta segunda visita la Novena sinfoníade Mahler en el Palau de les Arts al frente de la Orquestra de la Comunitat Valenciana. Dos ocasiones excepcionales para escucharle con dos obras capitales del repertorio sinfónico.

Valencia no ha sabido captar a su más internacional director. Primero fue el Palau de la Música el que –como ya ocurrió en su día con Gianandrea Noseda- no se percató de la valía de Gimeno. Algo menos sordo, el Palau de les Arts sí le le ha tirado los tejos, incluso su secretaria artística Liviana Caporale llegó a desplazarse expresamente a Ámsterdam –lugar de residencia de Gustavo Gimeno- para hablar de proyectos y vínculos. Sin embargo, sus gestores no aciertan a proponerle una oferta lo suficientemente atractiva e interesante como para que acepte la titularidad de un teatro cuya orquesta apenas roza la cincuentena de músicos y con una gestión que permanece sin clarificar trece años después de su inauguración.

Mientras, las grandes orquestas y teatros internacionales son el hábitat natural del director valenciano. En una entrevista publicada en LEVANTE-EMV el pasado mes de octubre, habló sobre la posibilidad de asumir alguna titularidad en su ciudad natal: “Sólo me planteo las cosas cuando suceden. Si no estoy en la posición de tomar una decisión, no me interesa en absoluto especular con mi mente. Me considero muy afortunado de lo que hago, porque puedo trabajar con orquestas maravillosas y con grandes solistas. Hacer y disfrutar de la música día tras día. En cuanto a Valencia, pues las orquestas tienen sus directores titulares. Sigo de cerca la Prensa valenciana y estoy al corriente de todo, pero me siento ajeno a las quinielas y especulaciones que oigo y leo”.

Sobre la posibilidad concreta de asumir la titularidad del Palau de les Arts, el maestro valenciano es tajante: “Dirigir en Valencia me resulta más especial que dirigir en Berlín, Chicago, Viena o cualquier otro lugar. En Valencia está mi familia, tanta gente que me conoce, mis antiguos maestros, amigos, colegas de toda la vida. Conozco muy bien mi ciudad y sus procederes. Todo debería hacerse con tiempo de antelación para poder hacer las cosas bien. Y como le he dicho, no me gusta perder el tiempo especulando con lo que no es”. Más claro, agua. Justo Romero

Publicado en Diario Levante el 9 de septiembre de 2018

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

banner-calendario-conciertos

calendario operístico 2023