Improvisando Beethoven
Mehta y Barenboim en Valencia
Improvisando Beethoven
Obras de Beethoven. Daniel Barenboim, piano. Orquesta de la Comunidad Valenciana. Zubin Mehta, director. Palau de les Arts. Valencia 1 de noviembre
Desde luego no hay muchos sitios en el mundo en los que se pueda escuchar un día a Barenboim tocando el “Emperador” de Beethoven junto a Zubin Mehta y al siguiente las tres últimas sonatas del genio de Bonn, de ahí que la expectación por estos dos conciertos fuese muy grande. Lamentablemente los resultados han defraudado considerablemente en el primero de ellos. Quien firma ha advertido con frecuencia del gran peligro que encierran los grandes nombres, personas siempre muy atareadas, genios que no lo pueden ser en todo momento.
Barenboim y Mehta no acabaron de entenderse, se diría que se juntaron dos magníficos artistas a tocar el “Emperador” fiándose de sus enormes capacidades hasta en la ausencia de partituras en sus atriles. Y no. Aquello se puede calificar, en paralelo a cierta película, como “improvisando Beethoven”. El pianista estuvo lejos de la perfección técnica y sólo se pudo disfrutar de esas notas claras, bellas y cautivadoras a las que acostumbraba en el adagio del segundo tiempo. Casi todo el resto sonó turbio y con exceso de pedal. No se percibía un trabajo serio detrás, sino simplemente un recurrir a la experiencia, y la orquesta, que tiene muy buenos mimbres pero es aún bisoña, mostró inseguridades. Faltó confianza en los ataques en los “fortes” y en consecuencia brío, quedando una lectura un tanto descafeinada, muy lejana a aquella grabación del joven Barenboim con Klemperer. Lástima. A pesar de ello el solista correspondió con una propina a un público que no había parado de toser.
Anteriormente había sonado bien la obertura “Egmont” y después sonó realmente bien la “Heroica”, con un segundo tiempo muy bien construido por Mehta, creando un “pathos” que hizo olvidar los contados instantes en los que el conjunto volvía a mostrar su juventud. Reseñables las maderas, de lo mejor de la agrupación. En la coda del movimiento final apareció el brío que se echó de menos en el “Emperador”.
La acústica de la sala va mejorando con las modificaciones que se van efectuando, pero el aire acondicionado ofrece un concierto por sí solo. Gonzalo Alonso
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