El proyecto de remodelación del eje del Prado es un error que va a beneficiar económicanomente a más de uno. El proyecto de Siza no sería criticable si el eje fuera un prado, pero no lo es. He aquí algunos ejemplos de sus errores:
a.Los árboles afectados, que son muchos más de los que se dice. No debe olvidarse que se ha proyectado un aparcamiento para autobuses bajo la plaza de la Lealtad. ¿Qué va a pasar con su enorme arbolado? Simplemente que se dirá que nada y luego, una vez empezadas las obras, no habrá más remedio que prescindir de buena parte de él, pero ya no habrá remedio. La política de hechos consumados.
b.El tráfico se desvía para que rodee la plaza de la Lealtad. ¿Se ha pensado que hacer con el aparcamiento del Hotel Ritz, siempre con doble fila de coches oficiales? ¿Y con el de la Bolsa? ¿Y qué decir del tráfico con autobuses entrando y saliendo?
c.La reducción de tráfico en el Paseo del Prado repercutirá en una mayor densidad en Alfonso XII, aislando el Retiro de la ciudad.
d.¿Qué sentido tiene «bajar» la Cibeles y Neptuno para recobrar la altura original de cuando se iba a caballo, en coche de caballos o a pié? El resultado es que no verán las fuentes ni los coches, que siguen circulando a su alrededor, ni los peatones, a quienes se lo impedirán los coches.
La lista sería interminable. En general al eje no le hace falta más que una puesta a punto de su pavimentación, un tanto abandonada. Hay ya un inmenso espacio peatonal. Siza ganó un concurso que no se sabía si se convertiría en realidad con un proyecto no adecuado a lo existente y, para evitar la oposición del Colegio de Arquitectos, metió en el proyecto a su subdirector. Se hace necesaria un profunda reflexión sobre el proyecto, a la vista del plan definitivo, en la que puedan participar instituciones y vecinos. Gurnemanz