Maldades sevillanas por bulerías
La semana pasada estuvo en Milán un importante cargo del Maestranza. Allí dirigía «Carmen» Michel Plasson y éste, al parecer, le dijo que sería él y no Maazel quien viniese a dirigir la Carmen de septiembre. Por otra parte, la Maestranza habría recibido órdenes de la alcaldía de no meterse en producir óperas «sevillanas» porque Ecker las haría en años sucesivos. Por eso se habría renunciado a abrir la próxima temporada con un «Don Giovanni» que ya estaba cerrado, con Carlos Álvarez.
Se dice que fue el alcalde en persona quien llamó a la Maestranza no hace mucho para «pedir» que Pedro Halfter dirigiera una ópera en el teatro, fuese la que fuese, no contento con que en la temporada de la sinfónica dirijan un programa el padre y otro el hijo (sólo falta el espíritu santo, pero todo se andará). Se supone que el inductor sería Marset, delegado municipal de cultura, amigo de Cristóbal Halffter y libretista de su próxima ópera. ¿Qué nombre tendría tal acción? Al contestarle con que ya estaban apalabrados los directores de las tres óperas de abono (entre ellos Carlo Rizzi), Monteseirín (el alcalde) supuestamente habría vuelto a insistir en que debía dirigir, así que se le asignó «L’incoronazione di Poppea», en contra de la opinión de la Orquesta Barroca de Sevilla, que habría querido a un director más experimentado en música antigua. Está por ver, de todas formas, que Pedro Halffter se atreva con semejante miura.
Es prácticamente seguro que Barenboim hará en julio de 2005 en la Maestranza un «Parsifal» completo y escenificado con los elencos de la Ópera de Berlín. lo malo es que su exigencia de ocupación del teatro para el montaje y los ensayos parece que ha abortado un proyecto del teatro ya confirmado y que era dar en junio de 2005 varias funciones de «El barbero de Sevilla» (la producción de Laffón-Castro), a precios populares y con un elenco de lujo: Carlos Álvarez, Ismael Jordi, Carlos Chausson y Jeniffer Larmore. Así que el «Barbero» ya no puede hacerse. Por otro lado, parece se confirma la relación Halfter-Barenboim, pues éste desearía programar en Berlín el «Don Quijote» de Halffter, el mismo que se quiere traer también a Sevilla. Así que en los medios musicales sevillanos se da por hecho que Barenboim pretendería tener un control sobre el Maestranza y la Ross por medio de la figura interpuesta de Pedro Halfter. Todo ello aparentemente con el beneplácito del alcalde, la consejera y la ministra. Y ¿qué pensarán de todo esto en Las Palmas? Imagínenselo.
Algo huele a podrido en… (“Hamlet” de Shakespeare).