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Por Publicado el: 22/10/2010Categorías: Crítica

Raptado el hijo de Butterfly y asesinada Suzuki

“Madama Butterfly” en Tenerife
“Madama Butterfly” de Puccini. X. Sun, B. Elvira, J. de León, S. Ariño, C. Ferrais, J. Padrón, B. Albelo, etc. Coro Festival de Ópera de Tenerife y Orquesta Sinfónica de Tenerife. G. del Monaco, dirección de escena. E. Joel-Hornak, dirección musical. Auditorio de Tenerife. Santa Cruz de Tenerife, 21 de octubre.
La ópera tiene muchas incongruencias en los libretos y así Desdémona ha de seguir cantando cuando ya ha sido extrangulada. “Buttefly” también las tiene y no sólo en el texto, pues siendo una ópera verista, las formidables melodías puccinianas machacan el tremendo contenido del libreto, en donde la explotación sexual y la pedofilia se hallan en primer plano. Giancarlo del Monaco apuesta por sacar a la luz toda la sordidez del texto y lo logra sin traicionar la ópera y sin que precise ninguna aclaración para la comprensión de las novedades que se suceden en escena. Tiene otro mérito añadido: estamos ante una producción que es cien por cien teatro, realizada íntegramente en la isla, y en la que se cuidan hasta los más mínimos detalles en el apartado actoral.
Butterfly es una niña de quince años –así lo expresa el texto- que vive ilusionada y ajena a la explotación sexual que de ella realiza un marinero americano chulo como los de “Querelle” de Fassbinder, que aparece al inicio totalmente desnudo mientras se ducha para suavizar la borrachera que lleva encima, tras los whiskeys y la coca que acaba de tomarse junto al cónsul americano. Suzuki es una prostituta contratada para acompañarla y que acaba convertida en compañera de Butterfly en la educación del hijo. Yamadori encarna a un capo de la mafia local que, al ser rechazado, jura vengarse con un típico gesto. Efectivamente, cuando Butterfly moribunda cree que llega Pinkerton a recoger a su hijo, en su lugar aparecen los hampones para meterlo en un saco y llevárselo convertido en objeto de tráfico ante los ojos de su moribunda madre, que ve también como Suzuki es asesinada al tratar de impedirlo. El drama todavía podría haber sido ampliado con otro crimen de los mafiosos: el de Pinkerton al coincidir en la recogida del hijo y sus palabras finales “¡Butterly, Butterfly!” como muestra de desesperación total.
Todos los intérpretes son tinerfeños, excepto la protagonista y el cónsul. Fue la primera Xiuwei Sun, intensa en escena y canóramente, voz amplia con habilidad para filados y pianos. Jorge de León se reafirmó como buen tenor spinto, cuyo Pinkerton es difícil de mejorar vocal y escénicamente, sometido a un trabajo profundo. Muy adecuada Belén Elvira en el concepto perfilado para Suzuki y correcto Santiago Ariño como cónsul, así como el resto del reparto.
Completó la excelente representación, recibida en pié por un público emocionado y entusiasmado, el trabajo redondo de Emmanuel Joel-Hornak con la siempre valiosa Sinfónica de Tenerife y un coro local reunido expresamente e inspirado en el “boca cerrada”. Gonzalo Alonso

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