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La Clemenza di Tito: 2º reparto
Por Publicado el: 26/11/2016Categorías: En vivo

Se desvela una obra monumental

   SE DESVELA UNA OBRA MONUMENTAL

            Franz Schmidt: “Das Buch mit Sieben Siegeln” (“El libro de los Siete Sellos”). Solistas: Christian Elsner, Franz-Josef Selig, Claudia Yepes, Ekaterina Antipova, Beñat Egiarte, Andreas Schmidt. Atsuko Takano, órgano. Coro y Orquesta de la RTVE. Coro ORCAM. Teatro Monumental, Madrid. 24 de noviembre de 2016.

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            Esta temporada la RTVE está programando algunas partituras infrecuentes. Ahora hemos podido seguir la interpretación del oratorio “El libro de los siete sellos” del austriaco Franz Schmidt (1874-1939), que no recordamos que se haya dado en Madrid, al menos no en los últimos cincuenta años. Se trata de un monumental fresco de casi dos horas de duración basado en el “Apocalipsis” de San Juan y lleno de momentos grandiosos, herederos de la gran tradición luterana, con una magnífica aplicación del contrapunto. El lenguaje de Schmidt se encuadra dentro de una tonalidad más o menos disimulada, en la línea trazada por Haydn, Schubert y Bruckner, con evidentes llamadas, en cuanto al tratamiento armónico, a ciertos procedimientos wagnerianos. Y con pasajeros toque cromáticos.

            Hemos asistido a una muy digna interpretación gobernada por el ya octogenario director salzburgués Leopold Hager, que logró marcar con claridad y eficacia a partir de nerviosos y rápidos movimientos de una batuta pequeña y llena de vitalidad que impuso su impronta ya desde el comienzo. Las maderas brillaron en muchas ocasiones, como en el recitativo “Und als es da Buch” de San Juan. El glorioso Coro “Du bist würdig”, con su repetitivo diseño, fue reproducido con precisión hasta el “Amén”. Como el impresionante “Aleluya!” postrero, impulsado casi violentamente por una ágil frase descendente de la cuerda y coronado por notas agudas de las sopranos, aquí sólo levemente destempladas.

            Los dos coros mantuvieron un comportamiento notable en cuanto a afinación y temple, a empaste e igualdad, aunque no se pudieran evitar, como es lógico, determinadas faltas de precisión. La parte protagonista corrió a cargo de Elsner, que sustituía al enfermo Herbert Lippert. La voz, corta y trabajosa por arriba, tiene siempre un tinte nasal poco agradable. Digamos que salió del paso. Rotundo, oscuro, cavernoso, algo rudo, Selig y muy encomiables las intervenciones del cuarteto solista formado por la luminosa Yepes, la sólida Antinova, el sonoro, ligeramente destempladillo, Egiarte y el veterano Schmidt. Bien la organista Takano, que tuvo que grabar en Valencia las partes que solicitan un gran órgano, inexistente en el Monumental. Arturo Reverter

 

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