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Más verdades sobre el Teatro Real
Brendel, la edad no perdona
Por Publicado el: 20/10/2005Categorías: Cartas

SOBRE EL AREA TECNICA DEL TEATRO REAL

Estimado Bekmesser, me gustaría hablar de algo de lo que nunca
se ha hablado: de los técnicos.
Atentamente,
Papagemo

SOBRE EL AREA TECNICA DEL TEATRO REAL

Raramente sale a la luz los entresijos que hay en una parte de
los profesionales de la ópera, como son los del los técnicos.
Personas necesarias para que los cantantes y artistas
desarrollen sus cualidades en las mejores condiciones, y si
salen a la luz, es como consecuencia de “fallos técnicos”.
Puede ser ineresante contar tambien “noticias y maldades” de
este área, en especial la del Teatro Real en la que tiene tanto
peso, y que está formado por más de doscientas personas.

El incidente del otro día con la cámara acústica en el
concierto de «Mitridate» donde parte del público que asistía a
«Mitridate» en el Real protestó airadamente porque no podían
ver a los solistas fué la punta del iceberg de lo que pasa en
el área técnica, cuyo director técnico fue el responsable
directo. Su falta de profesionalidad es notoria. Su gran
mérito consiste en decir, a cualquiera que le escuche, lo buen
profesional que es. Nadie sabe más de teatro de ópera. La
arrogancia le ha llevado a amedrentar al Director Gerente, al
Sr. Muñiz, (cuando el administrador del teatro quiso despedir
al Jefe de Personal, su gran aliado en los chanchullos),
diciéndole que tenía detrás a 200 técnicos y que a una orden
suya no se levantaba el telón.

Si se permite el lujo de amedrentar a la dirección del teatro,
es porque es consciente de la ignorancia de la nueva gerencia
en cuanto a la gestión técnica se refiere. Son incapaces de ver
cómo les está engañando. No saben la cantidad de dinero que se
ahorrarían si tubiesen un Director Técnico de verdad, no a un
escenógrafo que se asusta al ver dos tornillos juntos. Y en el
Teatro Real hay muchos tornillos.

Lo primero que hizo nada mas llegar para que no se le notase
esa carencia, es deshacerse de los profesionales que le podían
hacer sombra, como fue el caso de Manuel Fontanals, (el que se
conoce todos los tornillos de teatro), un profesional con
mayúsculas. Lo siguiente es amedrentar a su equipo para evitar
cualquier tipo de critica, despedir al que no le bailaba el
agua y promocionar a los que les hacen las escenografías de sus
bolitos, fuesen o no válidos.

Una muestra de lo profesional que es, se vió en la ópera
Semiramide, donde un cambio de acto se hizo con catorce
movimientos de plataformas, (con todo lo que ello supone), y
cuando se le sugiere que se puede realizar el cambio con solo
dos, se niega a rectificar, ya que se habían hecho todos los
planos de movimientos, (y resulta vergonzoso renococer el
error).

Otra de las características de este profesional es la
colaboración que tiene con sus “amiguetes”. Y eso se nota en
las escenografías, que a decir de los técnicos llegan
inacabadas al teatro, con lo que todo el mundo está la mar
contento con la cantidad de horas extras que realizan para
terminarlas. ¿Será por eso que la mayoría de las escenografías
de producción propia la hace la misma empresa.? ¿Es que no hay
mas talleres de escenografía?. Dentro del grupo de “amiguetes”
estan algunos directores de escena, a los que les pone a su
disposición tal cantidad de medios que se llega a “clonar” la
escenografía, como en Don Giovanni, para la sala de ensayos y
puesta en escena, (SEPE), ¿Es necesario ese derroche de medios
para los primeros ensayos, cuando en unos días despues se va a
volver ensayar en el propio escenario con la escenografía
original?.

A otros “amiguetes” se les premia con sustanciosos regalos
económicos por su trabajo, cuando ya cobran un sueldo. Estamos
hablando del jefe de luminotecnia y del de mecánica escénica. A
este último se le pone un coordinador de mantenimiento para que
haga “el trabajo del jefe en lugar del jefe”, y al primero sólo
se el ve a la hora de comer, (gratis con los vales del
teatro), si además quieren que venga a trabajar, pues hay que
volver a pagarle como iluminador, menudo chollo. Pedían a Sagi
exclusividad y en este área se les cuelan unos cuantos con
“bolitos anónimos que todo el mundo lo sabe” empezando por el
propio dierctor y terminando por el subsodicho jefe de
luminotecnia. La gestión de personal y recursos en el área
técnica es deplorable: duplicidad de puestos, inoperancia,
exceso de personal, etc. especialmente en las secciones de
sastrería, maquinaria, mecánica escénica y regiduría.

Asi con todo esto, el presupuesto del área técnica y de
producción, (donde tambien hay algúno del club “amiguetes”) se
incrementa año tras año. Y para rematarlo, el nuevo
administrador ha dado manga ancha al director técnico a la hora
de facturar, ya que lo puede facturar hasta 6000 € sin la firma
del administrador, y eso se nota especialmente en los viajes de
trabajo, que ha pasado a alojarse en habitaciones individuales
de 300€ la noche. Con el anterior administrador no pasaba esto,
ya que controlaba al detalle los gastos, llegandose al caso de
no firmar los “premios” extras. Con el señor Tejero tienen
manga ancha. Cómo se nota que el dinero no sale de sus
bolsillos, sino del de todos.

Ha tenido mucha suerte el director técnico hasta ahora, en
varias ocasiones se ha estado a punto de suspender por
problemas técnicos y en algunos casos ni siquiera se ha
enterado, o no se ha querido enterar, ya que es notorio el
deterioro que se está produciendo en la maquinaria escénica, de
uno de los teatros más modernos y tecnificados del mundo,
debido a la falta de un mantenimiento eficaz por puro
desconocimiento de lo que se tiene entre manos. Ya nos
quejaremos cuando tengamos que cerrar una larga temporada el
primer teatro de ópera de Madrid. Tiempo al tiempo.

Es una pena tener a este personaje como responsable de un área
tan importante, (como desconocida), habiendo directores
técnicos que conocen bien su oficio y tienen los conocimientos
y la experiencia necesaria para aprovechar al máximo los
recursos del Teatro Real, y no es encesario irse fuera de
Madrid a buscarlos. Por poner un ejemplo, tiene uno en el
Centro Dramático Nacional, pero hay mas en otros teatros.

Si se decía de Cambreleng “Cambielen”, de este podemos decir
“quitelen” a él y a su equipo antes de que acabe con el Teatro
Real.

Papagemo

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