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Por Publicado el: 09/02/2024Categorías: Cartas

Carta abierta a Justo Romero, sobre el reciente nombramiento de Alondra de la Parra como titular de la ORCAM

El director de orquesta José Ramón Encinar nos hace llegar esta carta dirigida al escritor y crítico Justo Romero como continuación a su reciente artículo sobre la directora Alondra de la Parra y su nuevo cargo como directora titular de la ORCAM

Querido Justo:

Te envío esta carta abierta en continuación, más que respuesta, a tu artículo en el que comentas el reciente nombramiento de Alondra de la Parra como Directora Titular de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. Y lo hago porque, como bien sabes, he estado vinculado a esos colectivos, también como Director Titular y Director Artístico durante trece años.

Vaya por delante que no puedo opinar sobre las dotes profesionales de la Maestra De la Parra porque no la he visto dirigir más que por YouTube y con músicas no precisamente difíciles, ni técnica ni interpretativamente. Tampoco lo voy a hacer sobre la Maestra Diakun, porque no quiero hacerlo; no viene al caso.

Carta abierta a Justo Romero, sobre el reciente nombramiento de Alondra de la Parra como titular de la ORCAM

Alondra de la Parra

Pero voy a las precisiones: hablas de “dedazo” en el nombramiento de Alondra de la Parra. No lo pongo en duda, pero te aseguro que no menor fue el que puso a Marzena Diakun en el podio de la ORCAM. Tampoco había dirigido nunca ni al coro ni a la orquesta y de ambos colectivos, los que se interesaron en saber quién era la persona que es iban a (im)poner al frente, tuvieron que hacerlo por internet, porque jamás habían oído siquiera citar su nombre. ¿Cómo llegó aquí? Misterios de la política, porque del simulacro de concurso para cubrir la plaza, simulacro como casi siempre en que se proclama un concurso “abierto” para otorgar una plaza a alguien ya decidido, puedo darte dos detalles: el candidato, español para mayor vergüenza, que tenía el beneplácito de toda o casi toda la orquesta y que ya había dirigido a la orquesta tanto en concierto como en el Teatro de la Zarzuela, fue dado de lado, lo que ocasionó, segundo detalle asombroso, el abandono del tribunal de uno de sus miembros, hoy como entonces, con bastante “mando en plaza”… musical, se entiende.

Como he dicho más arriba, no voy a opinar sobre las dotes como directora de la señorita Diakun: serían subjetivas. Lo que no lo es, sino absolutamente comprobable, por consiguiente, totalmente objetivo, es el resultado del criterio totalmente censurable de Marzena Diakun como Directora Artística. No recuerdo cuántas temporadas ha estado al frente de la Orquesta y Coro, dos o tres. La primera, prácticamente programada, tuvo interés y ecuanimidad en su programación. La última, en cualquier país o autonomía cuyos responsables políticos  ejerciesen culturalmente como valedores de la sociedad en la que ostentan su autoridad, hubiese merecido un despido inmediato nada más presentada al público. La ORCAM, a lo largo de los quince años de titularidad y dirección artística de su fundador, el Maestro Miguel Groba, de los trece años de mi titularidad y dirección artística y de los ocho años de titularidad y dirección artística del Maestro Víctor Pablo Pérez, se distinguió por su incondicional apoyo a la música española de todas las épocas y a la nueva creación nacional e internacional, muy marcadamente con acento español.

Carta abierta a Justo Romero, sobre el reciente nombramiento de Alondra de la Parra como titular de la ORCAM

Marzena Diakun

En esos treinta y seis años, la ORCAM tuvo así su lugar en Madrid gracias a un rasgo identificatorio que distinguía a la entidad de sus homólogas, Nacional, RTVE,  Sinfónica de Madrid, que, mira por dónde, tomaron buena nota a posteriori de lo que no era sino una obligación para una entidad que vive, en el caso de la ORCAM, sólo en parte, de subvención pública: atender a su entorno.

La última temporada de la Maestra Diakun de la que  hablo es  la 22/23; lo que ha podido dejar pergeñado después del último verano no me ha interesado nada, visto lo visto. En esa temporada a la que me refiero,  a lo largo de catorce programas hubo únicamente cuatro obras españolas. Un estreno de la compositora Beatriz Arzamendi, precisamente en concierto protagonizado por una orquesta invitada, la de Navarra, y otra, unas canciones flamencas, obra de la excelente cantaora Mayte Martín, acompañadas en el programa por El Amor Brujo de Manuel de Falla. La cuarta pieza fue un estreno del compositor vallisoletano Alejandro Martínez. Frente a ocho obras de Johannes Brahms (inevitable al parecer por tener la temporada ciertas resonancias con las fechas de nacimiento y muerte del compositor hamburgués de cuyo extraordinaria importancia nadie duda). Esto en un total de cuarenta obras programadas, es decir, un diez por ciento de música española, repito: DE TODAS LAS ÉPOCAS. En el ciclo de Polifonía no hubo mucha diferencia: de veintidós obras programadas en cuatro de los cinco conciertos de la serie (el quinto, aparece con “obras a determinar”) hay cuatro de autores españoles, con seis del previsible compositor de Hamburgo. Y eso a pesar del extraordinario músico y no menor buen criterio programador del director titular del coro, el maestro español Josep Vila.

Carta abierta a Justo Romero, sobre el reciente nombramiento de Alondra de la Parra como titular de la ORCAM

Diakun y la Orquesta de la Comunidad de Madrid

El capítulo de intérpretes no aporta mayor consuelo, pero si entramos concretamente en el de directores, mis colegas tienen sobrado “tema de charla”: la directora polaca titular dirigió siete programas, otros cinco fueron confiados a directores extranjeros y dos, sólo dos, a directores españoles: uno venturosamente inevitable, a Rubén Gimeno, magnífico músico, buen director, inevitable porque era un concierto confiado a la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid de la que es titular y un segundo confiado a un extraordinario director español: el barcelonés Salvador Mas. Salvados esos dos casos, ni rastro de directores españoles en catorce programas. Y tú, querido Justo, sabes tan bien como yo que en la actualidad hay magníficos directores de nuestro país al inicio y no tan al inicio de su carrera, que merecen mostrar sus cualidades al público. ¡¡Y directoras!!

Un fuerte abrazo,

José Ramón Encinar

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