UN AVVERTIMENTO AI GELOSI (M. GARCÍA)

Teatro de la Fundación Juan March de Madrid. 17 Diciembre 2021

No cabe duda de que el sevillano Manuel García fue un ser de una importancia verdaderamente excepcional, ya que hay tres aspectos de su vida en los que resulta merecer el calificativo de histórico. Por un lado, fue un gran cantante, siendo precisamente él quien estrenara la ópera de Rossini Il Barbiere di Siviglia, encarnando el personaje del Conde de Almaviva. Por otro lado, en su faceta de padre, hay que señalar que algunos de sus hijos fueron auténticos fenómenos en sus respectivas profesiones. Efectivamente, hijas suyas fueron las celebérrimas María Malibrán y Pauline Viardot. A eso todavía hay que añadir que su hijo Manuel destacó en el campo de la ciencia, ya que a él se debe la invención del laringoscopio, que tan necesario ha sido en la medicina. Finalmente, no podemos olvidarnos de su aspecto como compositor de óperas, de las muchas que compuso cinco fueron de cámara, todas ellas para salones y con acompañamiento de piano. No creo que haga falta añadir nada más para convenir en que estamos ante un ser excepcional.

Escena

La Fundación Juan March, junto con algunos teatros españoles, nos ha ofrecido en los últimos años la obra completa de Manuel García, es decir sus cinco óperas de salón, que llegan a su término con la que ahora nos ocupa, es decir Un Avvertimento ai Gelosi o traducida Un Aviso para Celosos. Independientemente de otras consideraciones, hay que agradecer el esfuerzo hecho por la Fundación Juan March para ofrecer la obra completa de Manuel García.

Un Avvertimento ai Gelosi es una ópera de salón, que no cuenta, por tanto, con orquesta, sino con acompañamiento de piano, siendo una auténtica ópera bufa, que narra las peripecias de la protagonista Sandrina para dar una lección a su marido Berto, siempre consumido por los celos. La obra no tiene mayor importancia en términos musicales, aunque ofrece posibilidades de lucimiento a los personajes principales.

La producción escénica ofrecida es muy simple, ya que tampoco el teatro de la Fundación permite mucho más, siendo una producción del Palau de Les Arts de Valencia y la Ópera de Oviedo, teniendo su estreno en la capital levantina hace unas semanas. La dirección escénica se debe a la catalana Barbara Lluch, contando con escenografía muy simple de Daniel Bianco y vestuario de época de Clara Peluffo. La dirección de escena no tiene gran transcendencia, añadiéndose una serie de personajes mudos que no ayudan mucho al desarrollo de la trama.

La dirección musical y el acompañamiento al piano corrió a cargo de Rubén Fernández de Aguirre, que se ha convertido en auténtico experto en estas óperas de salón de Manuel García. Su labor fue intachable, como es habitual en las suyas. No pudo estar presente en la primera de las representaciones y parece que se notó su falta.

Escena

Los cantantes eran todos ellos miembros del Centro de Perfeccionamiento del Palau de Les Arts de Valencia, siendo en todo los casos jóvenes e inexpertos, como no puede ser de otra manera. En general, cumplieron con su cometido, aunque las voces no ofrecían una gran calidad. En general, funcionaron mejor las dos mujeres, interpretadas por la soprano Rosa María Dávila (Sandrina) y la mezzo soprano Laura Orueta (Ernesta). Los otros cuatro cantantes eran el barítono Marcelo Solís (Berto, el celoso), el tenor Jorge Franco (Conde), el barítono Carlos Fernando Reynoso (Don Fabio) y el tenor Xavier Hertherington (Menico).

La representación tuvo una duración de 1 hora y 12 minutos, sin intermedios.

El teatro estaba prácticamente lleno y el público se mostró cálido en los saludos finales. Los aplausos se prolongaron durante 4 minutos.

La entrada era gratis, previa retirada de invitación. José M. Irurzun