Ya tenemos una programación digna de Europa
Forumclásico
Francisco Villalba Talavera

La próxima temporada en el Teatro Real

Para empezar no soy partidario de los predicadores convencidos que están en posesión de la verdad y menos de los predicadores mesiánicos, y menos aún de la cohorte de ángeles turiferarios que les suele rodear.

Todo esto viene a cuento después de haber leído el contenido de la próxima temporada que se nos avecina en el coliseo de la Plaza de Oriente.

Creo que se pretende dar carácter europeo al Teatro. Menos mal, porque hasta ahora era un teatro de quinta en el indocumentado Sur donde han dirigido Barenboim (Tristan und Isolde, Tanhäuser, Fliegende Hollánder, Meistersinger, Fidelio, Elektra, Don Giovanni ) y Claudio Abbado (Fidelio) por mencionar al algunos directores de segunda que se han dignado aparecer por estos pagos. Para que ingresemos en la cultura del siglo XXI nos proponen un elenco de obras de lo más infrecuente: Elektra de R. Strauss (ya escuchada en el teatro en dos temporadas, una de ellas en forma deslumbrante por el antes mencionado Barenboim) Pelléas et Mélisande (escuchada también en una temporada) y ‘Lady Macbeth de Mtsensk’, de Shostakovich, gloriosamente dirigida por un violonchelista sin prestigiollamado Mstislav Rostropovich. En fin.

Para continuar con el repertorio menos frecuente, nos ofrecen una novedad interesante, la bellísima Iolanta de Tchaikovsky haciendo doblete, para compensar, con la mediocre Persephone de Stravinski, que además no es una ópera. En este bloque también se incluye por tercera vez en este teatro la “desconocida” opera de W.A. Mozart ” La clemenza di Tito”, y la insulsa “Cyrano de Bergerac” de Alfano, una obra totalmente prescindible que no se ha representado en el Real, ni falta que hacía, aunque esta contará con el aliciente de Plácido Domingo en su anual visita a su ciudad y bienvenido sea. ‘I due Figaro’, de Mercadante en su estreno en nuestros tiempos sí que en el papel parece un lujo por su director musical, el imbatible Muti y que contará con una puesta en escena que al menos se podrá mirar sin que se te revuelva el estómago de Emilio Sagi.
Las novedades serán Choeurs, ‘The life and Death of Marina Abramovic’, una señora que se dedica a hacer “perfomances” y amiga de la casa, con la inenarrable música de los genios del pop Antony and the Johnsons; ‘Poppea e Nerone’, con música de Monteverdi pergeñada por un músico también muy amigo de la casa, Philippe Boesmans, y ‘Ainadamar’, una elegía a García Lorca del mediocre compositor argentino Osvaldo Golijov.

Para completar los 13 títulos de la temporada escucharemos ‘La finta giardiniera’ de Mozart, que el año pasado no se pudo hacer por motivos atmosféricos (las nieves impidieron al elenco llegar a Madrid) ‘Don Quichotte’ de Massenet, una de las piezas más mediocres, insulsas y descerebradas del repertorio francés, y ‘Rienzi’ de Wagner.

Deslumbrante también el elenco de cantantes propuesto: la extraordinaria soprano sueca Camilla Tilling, una lírica inaudible mona y apañadita; Ekaterina Scherbachenko, una joven soprano rusa, esta sí, con voz al menos y además guapísima, y Deborah Polaski que ya hemos comprobado en su último recital en este mismo Teatro que está en su mejor momento.

Entre la serie de grandes directores que escucharemos, a parte del indiscutible Muti, tendremos al excelente Bychkov para Elektra y Hartmut Haenchen, Marc Piollet y el inevitable Cambreling. Para poner la zanahoria al caballo y que siga caminando nos han prometido la presencia de los mismos elementos del Festival de Pascua de Salzburgo que dirige Simon Rattle con tres títulos: ‘Parsifal’, en 2013; ‘Salomé’ en 2014; y ‘Carmen’ en 2015. ¿Con la Filarmónica de Berlín y Rattle? Ojalá.

Y el plato fuerte, los “metteurs en scene” entre ellos Martin Kusej, especialista en cargarse a Mozart sin contemplaciones; Peter Sellars, un enfant terrible de hace dos décadas; el matrimonio Ursel y Karl-Ernst Herrmann, habituales del viejo Salzburgo post Karajan; Alain Platel, que yo creía que era un bailarín y coreógrafo, pero ya se sabe, hoy todo el mundo sirve lo mismo para un roto que para un descosido, y Petrika Ionesco, un megalómano, pero interesante, y la propia Marina Abramovic.

En fin espero que las bajas entre los abonados a la ópera no alcancen niveles preocupantes. Porque este programa no atrae ni a la vieja guardia y menos aún, aunque no se lo crean, a la nueva. El tiempo lo dirá.
viernes, 01 de abril de 2011
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