Volodos, técnica prodigiosa
Grandes Intérpretes
Volodos, técnica prodigiosa
Obras de Scriabin, Ravel, Albéniz y Liszt. Arcadi Volodos, piano. Auditorio Nacional. Madrid, 29 de septiembre
Escribió Elliot que una gran poeta era quien sabía describir en palabras el perfume de una rosa y que un poeta extraordinario era quien sabía describir en palabras el mundo que hacía posible que una rosa oliese con aquel perfume. El contacto con España y las clases con Bashkirov en la Escuela Reina Sofía, hace quince, años ayudaron sin duda a Arcadi Volodos (San Petersburgo, 1972) a comprender los perfumes granadinos. Volodos demostró ser un gran poeta del piano en “La Vega” de Albéniz al describir ese misterioso y sombrío lirismo al que se refiere Justo Romero en sus magníficas notas del programa de mano. Alicia de Larrocha era la extraordinaria poetisa.
Por lo demás el ruso volvió a demostrar los motivos por los que el célebre crítico Harold Schoenberg opinaba que era el pianista más parecido a Horowitz que había escuchado. Volodos posee envidiables cualidades: una apabullante técnica y una extraordinariamente segura y potente pulsación. Es una máquina de hacer notas con enormes sonoridades y fuertes contrastes dinámicos. La fantasía “Después de una lectura de Dante” de Liszt es obra adecuada para exhibir esos puntos fuertes, pero mucho menos los “Valses nobles y sentimentales” de Ravel, donde se requieren otras características que Volodos aún debe desarrollar. Gonzalo Alonso
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