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Por Publicado el: 31/05/2007Categorías: Artículos de Gonzalo Alonso

Top Domingo

Top Domingo
El pasado 19 de mayo hacía cuarenta años desde que Plácido Domingo debutó en la Ópera de Viena con “Don Carlo”. El todavía, aunque ya por poco tiempo, director del teatro, Ioan Holender, es hombre de raza operística y no dejó pasar la oportunidad de apuntarse un tanto con la celebración del acontecimiento. El tenor cantó el primer acto de “Valkiria” junto a Deborah Voigt y el cuarto de “Otello” con Krassimira Stoyanova. La conmemoración se alargó mucho, ya que en el intermedio se ofrecieron videos de diversas actuaciones de Domingo en el teatro.
En aquella sala ha cantado nada menos que veintinueve papeles e intervenido como cantante en unas ciento noventa representaciones y en una treintena como director. El canciller le hizo entrega de la Gran Condecoración de Plata de la República Austriaca y el público le ovacionó interminablemente, tanto el que presenció el acto dentro del teatro como los que lo hicieron a través de una gran pantalla externa. Fue retransmitido por Radio Clásica y se puede descargar de Internet vía Rapidshare (http://rapidshare.com/files/32231046/Gal_.Domingo.40.anni.Wien.19.05.2007.A1.mp3.002). Escucharlo fue emocionante. Es absolutamente increíble lo que aún logra Plácido al borde de los setenta años. Cierto es que en el último acto de “Otello” continúa siendo una referencia, pero fue en “Valkiria” donde literalmente me asombró. Sin duda ha habido tenores con voces más potentes, con más metal o más facilidad en el agudo, pero muy pocos han sido a la vez tan artistas. La combinación que se da en Domingo de timbre, temperamento, fraseo, inteligencia, intuición y musicalidad posiblemente sólo haya tenido parangón en Caruso quien, puestos a criticar, tampoco tuvo el “do”. Y cuando esa voz canta Sigmund suena con una humanidad que no se ha dado en otros grandes intérpretes del papel. Su Sigmund acaricia la primavera, llega al corazón y emociona. ¡Bravo!
En Madrid tardamos más en escucharle, no fue hasta 1970 con “La Gioconda” en el Teatro de la Zarzuela. Tuvimos menos suerte en el pasado y la tendremos en el futuro. Posiblemente el tenor madrileño no pueda afrontar una gala de homenaje similar, pero ¿acaso no será capaz Madrid de epatar a Viena?

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