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Por Publicado el: 17/11/2019Categorías: Artículos de Gonzalo Alonso

Cantantes españoles en nuestros teatros

Cantantes españoles en nuestros teatros

Con frecuencia, cada vez que alguno de nuestros principales teatros presentan temporadas o un espectáculo, mi amigo Arturo Reverter pregunta con razón: ¿dónde están los cantantes españoles?

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Pilar Lorengar, Montserrat Caballé y Teresa Berganza, tres españolas que tuvieron que salir de España para triunfar

A veces, ni están ni se les espera. No sólo aquí. En Italia se creó hace años una asociación de cantantes que quisieron imponer en los repartos los artistas oriundos. La mezzo Fedora Barbieri fue una de sus activistas más destacadas. Algunos aún recordamos un “Trovatore” en Nápoles con Montserrat Caballé. A ella nadie se atrevió a ponerla reparos como Leonora, pero si sucedió con el Manrico del menos famoso rumano Ludovic Spiess, años después ministro de cultura en su país. Tuvo que soportar un abucheo inmerecido hasta que nuestra soprano paró la función para dirigirse al respetable -poco respetable- y reprocharles lo injusto que estaba siendo con el tenor por el solo hecho de ser extranjero.

Muchas de nuestras celebridades han tenido que salir de España en sus inicios para hacerse la carrera y sólo siendo ya figuras has sido reclamadas en su tierra. Pilar Lorengar, Teresa Berganza o la misma Montserrat Caballé son ejemplos y, más recientemente, lo ha sido María José Montiel. Es conocida la desesperación de nuestros cantantes por lograr un agente que les represente.

Todos sabemos que es muy difícil encontrar artistas españoles para los papeles de Nabucco, Macbeth, Otello o  Don Alvaro, por citar sólo cuatro personajes verdianos y por tanto es lógico que sean entregados a extranjeros. Otra cosa es que en títulos llenos de secundarios figuren nombres nada latinos, lo que en muchas ocasiones sucede. Sólo existe una posible justificación, como sería la dicción alemana o rusa si es que se va a grabar en video, lo que muchas veces no es real. Pero, ¿por qué en espectáculos plagados de extranjeros sin interés no se acude a jóvenes destacados de escuelas como la Superior de Canto?

No estoy a favor de ghettos  ni cuota alguna en ningún sector de nuestra vida. Dejemos al margen aquellas instituciones que en sus estatutos figure expresamente su defensa, que son pocas si alguna. Lo importante es la valía. Los cantantes españoles han de figurar en los repartos de nuestros teatros cuando lo merecen.

Sin embargo, hay una pregunta de difícil respuesta: ¿por qué secundarios o principales no están cuando bien podrían estar?  Existen explicaciones, pero no justificaciones. En muchos de los teatros del mundo, los españoles incluidos, quienes mandan son los agentes. Hay directores artísticos que dejan en sus manos los repartos, unas veces porque no tienen más remedio si quieren un artista de renombre y entonces han de “tragar” con toda la cuadra de la agencia del famoso. Otras por ignorancia y otras… porque en la ópera, como en buena parte de los sectores que nos rodean, existe el fenómeno de las comisiones y una comisión es más elevada si el nombre que se contrata es alemán, ruso o fonéticamente no latino porque se justifica mejor. Hay mucho papanatismo aún y al ignorante político de turno, último responsable con frecuencia de entidades líricas, es más fácil camelarle así.

Nada de cuotas, sólo valía, pero cuando ésta existe habría de imponerse o, al menos, considerarse seriamente la solución española. Gonzalo Alonso

 

 

 

 

 

 

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