El diario italiano Corriere della Sera ha publicado esta entrevista al tenor Jonas Kaufmann en la que, además de preguntarle por su futuro interpretativo, la periodista Giuseppina Manin se interesaba por las recientes declaraciones del tenor a propósito del movimiento #MeToo. Como adelantamos en este artículo publicado Beckmesser.com, Kaufmann se unió a dicho movimiento «al confesarse víctima de una propuesta de dudoso gusto».

La entrevista comienza de manera distendida sobre la grabación de “Otello”, dirigida por Pappano e interpretada por Kauffman, que Sony ha sacado al mercado recientemente. Cuando Manin comenta que esta ópera es un drama sobre los celos, el tenor responde que «Otello es realmente peligroso, no sólo para Desdémona. Es un personaje cargado de emoción difícil de dominar para alguien que interpreta. Valiente y frágil, presa de las dudas, se arrastra en un inevitable descenso a los infiernos»

El de los celos es un tema que interesa a Kauffman, rápidamente lo asocia con la actualidad, con el acoso y el movimiento #MeToo dentro del mundo de la lírica. Es un tema complicado, del que el tenor ha tenido alguna desagradable experiencia: «¡No solo le sucede a las chicas! Conozco la situación porque cuando era joven me ocurrió algo relacionado con ello: Era al principio de mi carrera, un agente me ofreció un concierto, una oportunidad fantástica, pero a cambio debía ir con él a una sauna… Aunque tenía miedo, dije que no»

Y aunque su carrera ha despegado igualmente, no todo el mundo ha tenido la misma suerte. Para el tenor, «el chantaje sexual es horrible e innecesario. Se debe tener el valor de denunciarlo»

¿Se está exagerando en este tema? le pregunta Manin, a lo que Kauffman responde, «Ahora, en EEUU, nadie se atreve a permanecer solo en una habitación con una mujer sin una cámara grabando, el riesgo de ser acusado de acoso es muy grande…Eso no es bueno». Y continúa, «¡Incluso hay que tener cuidado con lo que cantas! Hay una canción de 1920 años que compuso Richard Tauber, Las chicas están hechas para amar y besar, pura ironía[…]. No me parece un insulto decir que las mujeres están hechas para ser amadas, son cosas agradables; nunca pedí permiso para cantarla y nunca se ha quejado nadie»

Desde luego, si esta conversación se aplicara al Otello…»sería un desastre. Muchas letras indican que las mujeres terminan mal, víctimas de hombres brutales y traidores. Hay quien ha intentado cambiar el final y que sea Desdemona la que estrangula a Otello… Absurdo. Las reglas de la vida no deben aplicarse al arte. Si no, se llama censura».