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Entre "dones"
Paloma O'Shea
Por Publicado el: 28/05/2004Categorías: Artículos de Gonzalo Alonso

Entrevistas vergonzantes

En las últimas semanas -he dejado pasar el tiempo para dificultar el reconocimiento de los implicados- hemos leído entrevistas que dejan a uno helado. Un semanario no musical sacó en su portada a Luciano Pavarotti y, en páginas interiores, una amplia entrevista. Lógico sería presumir que si el importante medio dedicaba tal atención sería porque había mucho contenido. Pues nada más lejos de la realidad. En la entrevista nos volvieron a recordar que Pavarotti y Mirella Freni tuvieron la misma ama de leche. Y, además, se lo volvieron a recordar al tenor como original y estimulante observación de entrada. A uno no le choca lo que sucedió a continuación: el modenés se puso a bostezar y no abrió la boca más que para soltar lugares comunes. Incluso llegamos a leer que se dormía. Para colmo, la foto más destacada era la de Pavarotti bostezando. Días más tarde se publicó otra entrevista, esta vez con Mijaíl Pletnev de similares características. El pianista y director no estaba de humor y pudimos leer que advertía «¿Qué más? Se va a enfriar su té». Recuerdo otra de hace ya bastantes años en la que la entrevistadora, hoy famosa escritora, puso a parir a Caballé y sus manos porque la soprano la había hecho esperar una hora.
Y uno no entiende estas actitudes porque ve en ellas una simple muestra de incompetencia. Es labor de todo entrevistador luchar y triunfar sobre los elementos y se logra a base de preparar las situaciones, saber con quién se va a hablar y, más que hablar, poder dialogar. Para ello hay naturalmente que tener un dominio del tema a tratar y eso falta muchas veces en nuestros días. Re cuerdo una entrevista con Krystian Zimerman en Zaragoza. Me dio plantón sabiendo que viajaba expresamente para entrevistarle. Luego quiso salvar los muebles de una forma rápida: «tengo cinco minutos antes de tomarme un sandwich en el almuerzo». Dialogamos, los cinco minutos se transformaron en hora y media y el sándwich en una comida entera. Los profesionales hemos vivido frecuentemente situaciones análogas.
Pero los tiempos cambian y ahora no sólo presume el entrevistador de haber dormido a la estrella de turno -vaya, que hasta es un mérito- sino que los medios hasta publican el despropósito. ¡Dios, a dónde estamos llegando! Gonzalo ALONSO

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