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Por Publicado el: 13/04/2008Categorías: Crítica

ONE: El retorno del Jedi

Temporada de la OCNE
El retorno del Jedi
Obras de Brahms y Beethoven. Orquesta y Coro Nacionales de España. Rafael Frühbeck de Burgos. Auditorio Nacional. Madrid, 12 de abril
Regresó Rafel Frühbeck de Burgos a una agrupación española. El hecho no debería ser noticia, pero lo es. Muy pocos de sus ciento veinte conciertos anuales tienen lugar en España. Las invitaciones no abundan –tampoco para los principales teatros de ópera- y, cuando llegan, lo hacen con retraso: el maestro tiene compromisos previos con las filarmónicas de Nueva York o Los Ángeles, las sinfónicas de Boston o Pittsburgh, las orquestas de Filadelfia, Cleveland… Cosas de la vida.
Pero Frühbeck tiene en cuenta a las huestes de las que un día fue titular y ahora es emérito. Ha invitado al Coro Nacional para una “Vida breve” el próximo octubre con la Filarmónica de Nueva York en la capital americana. Increíble pero cierto: hubo muchas reticencias y, cuando todo parecía solucionado, surgen problemas económicos. Estas oportunidades no se pueden desperdiciar –tampoco la de los “Gürrelieder” con la Philharmonia y Esa-Pekka Salonen en Ibermúsica- y el INAEM, que tanto dinero parece tener para pólvora mojada haría bien en hurgar en el fondo de la hucha.
Bonito, con gancho y coherente programa, además de breve, en torno al “destino”. Cantó bien, bajo el mando del experto director en coros, el de la Nacional, matizando, suaves los pianos y carentes de estridencias los fortes. Al maestro le gustan las obras corales – “Nänie”, “Canto de las Parcas” y “Canción del destino” de brahms- aunque no entren dentro del apartado de grandilocuentes en el que se ha convertido en especialista. También sin partitura ofreció una “Quinta” beethoveniana con un raro mérito: prescindir de originalidades y tocarla como el clásico que es, lo que suele resultar mucho más difícil. La expuso con nervio, conservando su contundencia pero cuidando sus pasajes más camerísticos y contrastando dinámicas. Triunfo absoluto, vitoreado tanto por el público como por la propia orquesta. El cariño lo conserva y quizá, hasta más de uno con silla o butaca le echa de menos. Su próxima aparición será con la OSM para la clásica “Novena” navideña. Gonzalo Alonso

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