La primera representación de «Roméo et Juliette» en el Teatro de la
Maestranza, el pasado 11 de diciembre, terminó con sonoros abucheos, algo
hasta el momento inaudito en este teatro sevillano. La pitada se centró
especialmente en Ivo Guerra, director de escena, y en Richard Troxel, el
tenor protagonista que dio una buena muestra de gallos a lo largo de la
función. Algo similar, aunque de forma más comedida, ocurrió la pasada
temporada con Dmitri Korchak, el tenor de «La Sonámbula». Esto no pasó nunca
en los tiempos de la anterior dirección del Maestranza, sobre todo cuando al
frente de la producción estaba Giuseppe Cuccia, uno de los más finos olfatos
para las voces. ¿Qué ocurre ahora? ¿Por qué esos errores de casting tan
evidentes? ¿No sérá que no se contrata en función de criterios meramente
artísticos, sino en función de otro tipo de criterios más «empresariales»?
Alguien que entienda de verdad de voces debería comandar el
departamento de producción del Maestranza, porque esto va de mal en peor.