Suscribirse a la Newsletter de Beckmesser

¡No te pierdas ninguna noticia!

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Busca las entradas de cada mes

Últimas 20 entradas

Últimos tuits de Beckmesser

Ifigenia en Oviedo: ¿Quién hablaba de gordos?
La Bruja: cuando Bros embruja
Por Publicado el: 16/12/2007Categorías: Crítica

Don Carlo en Valencia: Verdi puede con todo

Don Carlo Valencia
Verdi puede con todo
«Don Carlo» de Verdi. O.Anastassov, Y.Lee, V.Anastassov, E.Halfverson, S.Shvets, A.Marambo, Annia Smirnova, etc. Producción de la Opera de París. T.Hoheisel, escenógrafo y vestuario. M.Richardson, iluminación. G.Vick, dirección escénica. L.Maazel, dirección musical. Coro de la Generalitat valenciana y Orquesta de la Comunidad Valenciana. Palau de les Arts. Valencia, 15 de diciembre
Preludio: H.S. Y G.A. sueñan con una coproducción de «Don Carlo» a cargo de Gian Carlo del Monaco para inauguar los teatros de Valencia y El Escorial.
Acto I y único: La acción transcurre cinco años después. La historia de los teatros citados es conocida de todos. Mientras el Escorial duerme como los lagartos en invierno, Helga Schmidt consigue introducir el título en su segunda temporada, pero no con una producción propia sino alquilada a la Opera de París. Los sueños, sueños son. No hay buenas producciones en el mercado y ésta es una de ellas aún con sus notables imperfecciones. Lo es la de por sí complicada escena del Auto de Fe, plagada de tópicos y con un Felipe II que, en sus ricos atavíos, más bien parece Turandoto o Boris Godunov. Lo son los tocados de las damas de la corte en el cuadro del velo. Hay más, pero a su favor juega la elegancia de unos decorados simples en los que se utiliza con frecuencia la proyección y una iluminación de acertada inspiración en la de la pintura flamenca. Dentro de ellos no hay una especial filosofía dramática de Vick, pero bien es verdad que gran parte de los principales intérpretes no habrán podido ensayar lo suficiente al haberse incorporado en los últimos momentos para sustituir a los enfermos.
Ganan por puntos las féminas. Cuando los repartos no son redondos siempre triunfa la Éboli si posee buena voz. Así ha sucedido con Annia Smirnova, quien se llevó merecidamente los mayores aplausos en función tras un «O don fatale» muy interiorizado en su inicio. Voz grande, algo basta, pero eficaz. La de Angela Maranbo también reúne volumen y se encuadra en la rara avis de las «spinto». Se reservó durante toda la noche para soltarse en «Tu che la vanitá». Orlin Anastassov apenas cosechó cuatro aplausos tras su gran aria y Felipe II quedó un tanto desdibujado, al igual que su hermano, sustitución a Carlos Alvarez con cuatro horas de preaviso. Su dúo pasó con más pena que gloria y ni el «Guardie, disarmato ei sia» de Felipe ni el «A me il ferro» de Posa al final del Auto de Fe tuvieron la autoridad requerida. Yonghoon Lee compuso un Carlo siempre forzado en el volumen y sin capacidad para apianar ni para frasear en el estilo. Será deformación personal, pero yo, hoy por hoy, no puedo imaginar un infante coreano, por más que sea actor.
Autoridad si la hubo afortunadamente en el foso, donde Lorin Maazel nunca se durmió, sino más bien lo contrario, creando detalles impactantes como los acordes de metal -siempre sobreponderados respecto a la cuerda- y percusión tras la frase de Posa «la paz de los sepulcros». Él y la orquesta recordaban por momentos a Karajan y la Filarmónica de Berlín en Salzburgo. Este nivel orquestal sólo se ofrece en Valencia.
La gran puesta en escena de «Don Carlo», la que refleje la soledad del poder, la lucha de los pueblos por su libertad, el amor, los celos, el enfrentamiento entre iglesia y estado, está por llegar. Mientras tanto nos queda siempre la música de Verdi en una de sus mejores óperas y esto es ya mucho. Gonzalo Alonso

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

banner-calendario-conciertos

calendario operístico 2023