Las protestas se han producido tras la actuación de Anna Netrebko en el papel protagonista, recuperando la conversación iniciada por Tamara Wilson en 2020

Anna Netrebko como Aida en el Festival de Verona

El Festival de Verona, que celebra actualmente su 99º edición, dedica su programación al regista Franco Zefirelli, de quien se han recuperado cuatro producciones: Carmen, La Traviata, Turandot y Aida. Esta última se estrenó el pasado 18 de junio y cuenta con 11 funciones hasta el 4 de septiembre.

Al igual que ocurrió hace dos años, la puesta en escena vuelve a suscitar cierta polémica por el uso de ‘blackface’, maquillaje que oscurece la piel y remonta su uso al siglo XIX, cuando en Estados Unidos se caracterizaba a los esclavos enmascarando esta condición en una expresión de alegría. El Movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos prohibió su uso en 1960 por ser una ejemplo de racismo.

Así lo consideró Tamara Wilson, que se negó a ser maquillada para interpretar el papel de Aida en la edición de 2020 del Festival de Verona, y así lo han defendido cantantes como Jamie Barton, Nicholas Phan y Michael Sumuel. En concreto, sus críticas se dirigen a la actuación de Anna Netrebko, que encarna el papel de la esclava etíope los días 8, 16 y 28 de julio. “Ha sido un día largo y estoy extenuada, pero no tan cansada como para no insistir en que el ‘blackface’ es y siempre fue asquerosamente inadecuado. ¿Por qué seguimos con esto? ¿No resulta obvio? Anna Netrebko y el Festival de Verona, hacedlo mejor. De verdad que no es tan difícil”, ha escrito la mezzosoprano estadounidense.

It’s been a long day and I’m hella tired, but I’m not too tired to say that BLACKFACE IS, AND ALWAYS WAS DISGUSTINGLY WRONG. (Whyyy is this even a question?? How is this not obvious?!)@AnnaNetrebko and @arenadiverona, do better. It’s seriously not that hard.

— Jamie Barton (@jbartonmezzo) July 12, 2022

En el estreno de la producción, Liudmyla Monastyrska interpretó este papel y después de la soprano rusa lo harán Monica Conesa, Latonia Moore y Maria Teresa Leva. En las funciones representadas hasta ahora se ha caracterizado a todo el reparto con esta técnica.

Por su parte, la compañía ha aclarado su posición precisando que no se pueden hacer cambios en una producción histórica porque implicaría modificar el diseño original: «De alguna manera, la Arena de Verona es un museo teatral. No tenemos nuevas producciones cada año. Queremos que la historia es sienta como viva», apuntan los responsables en el diario OperaWire, «Hemos decidido mantener una postura filológica y hasta que no contemos con una nueva producción, seguiremos esta pauta».

La Fundación ha explicado que maneja dos versiones de Aida: una réplica de la producción con la que se inauguró la Arena en 1913 y el montaje de Zeffirelli, «que diseñó cuando estos temas no era problemáticos», incide la organización, señalando que «en todas partes del mundo se usaba lo que llaman ‘blackface'».

Por último, la compañía ha avanzado que el próximo año, en la celebración de su primer centenario, la Arena subirá a escena una nueva producción de la ópera de Verdi: «Cuando discutimos cuestiones desde la modernidad debemos tener en cuenta que se trata de una producción histórica. El próximo año tendremos un nuevo montaje. Será entonces cuando debamos ser juzgados. Entendemos que es un tema sensible e importante en todo el mundo y nosotros haremos las modificaciones pertinentes».

Desde la denuncia de Wilson, instituciones internacionales y artistas de todo el mundo han compartido sus opiniones al respecto. Una parte del personal de la Ópera de París pidió a la institución que revisasen la caracterización de cantantes y bailarines a la hora de interpretar personajes negros; Jonas Kaufmann se expresó en torno a lo racista en la ópera a raíz de su interpretación de Otello; y Piotr Beczala declaró que la ópera, como arte total, requiere efectos visuales como el maquillaje para “triplicar el efecto sobre la audiencia”.