Enhorabuena a José Bros. Tenía contratadas dos funciones de Lucia de Lammermoor en la Scala, pero se puso enfermo Marcelo Álvarez y hubo de anticipar su debú. El éxito ha sido inmenso, obligándo a romper la temerosa costumbre de saludar al final todos juntos para salir individualmente. Madrid podrá comprobar ampliamente su estado vocal y artístico en las próximas semanas.

Rolando Villazón triunfó en el Real a pesar de una flema permanente. Se metió al público en el bolsillo cambiando un programa torpón y falto de interés por una sucesión interminable de arias de ópera. Demasiado eclepticismo para una voz no excesivamente grande que lo disimula con piano. Gran poder de comunicación,entrega y un timbre de atractivo color, un poco oscuro, que a veces recuerda -salvando las distancias- a Plácido Domingo fueron sus bazas. Los viejos del lugar se dieron cuenta de que, a pesar de todo, cualquiera de las arias se las habían escuchado mejor a Domingo, Carreras o Pavarotti y es que tenores como éstos aún no los hay.

El tenorino Andrea Bocelli se va a atrever nada menos que con Andrea Chenier. Será en Sicilia. La mafia discográfica vuelve con una de las suyas.

¿En qué quedamos con el público del Real? Si no aplaude es porque es demasiado social y frío y si se desborda en vítores -como en la Boheme- es porque no entiende por ser público de entradas baratas. ¡Válgame Dios con los críticos! Y, a propósito, cómo se puede poner por las nubes una producción y luego referirse a ella como ejemplo perfecto de «ópera museo».

Pues del Monaco, el autor escénico de esa aclamada Boheme, se halla en Zurich preparando el estreno de una Turandot cuyo dúo fianl se desrrolla en un flash en el tiempo y en el restaurante del Hilton de Shangai.

Javier Casal deja la dirección de promoción cultural de la Comunidad de Madrid para reincorporarse al Ayuntamiento de Valencia, donde es alto funcionario. Termina así de momento una etapa madrileña de siete años y medio en la que ha dirigido la ONE y el teatro de la Zarzuela. No demasiado tiempo en cada responsabilidad, pero el suficiente para realizar tareas importantes en cada una de ellas.