Para nota la conferencia que sobre «Salomé» impartió Pedro Halffter en la Universidad de Sevilla. Entraba dentro del ciclo habitual para los amigos de la ópera de la ciudad y las primeras palabras fueron para preguntar: «¿alguno de ustedes ha escuchado ópera alguna vez?ª, seguido de «¿Y alguna de Strauss?» El público se quedó alucinado. Conviene saber dónde está uno y a qué público se dirige porque si no se ve como un memosprecio. Luego no encontraba los cortes de los discos que quería poner, cuando lo que hay que hacer es tener preparado mediante ordenador un solo cd con todos ellos. Vamos, que la gente se salió indignada y hasta pasando por delante de su estrado.

En la inauguración del Palau de les Arts valenciano no todo ha sido de color rosa. Basta leer la prensa alemana o francesa, igual de cabreada que la española por el mal trato recibido. Todos los invitados contaron con dos entradas excepto la crítica, enviada además al gallinero e incluso en asientos con visibilidad reducida (lean a Gómez Amat en El Mundo). Lo que pasa es que la prensa española tiene muchos compromisos con las administraciones públicas y la alemana no. Hasta un periódico alemán ha llegado a denunciar presiones y la petición de «mejor no escribir nada si se va a opinar mal».