En Sevilla Pedro Halffter se ha tenido que bajar del burro de lo contemporáneo y ha diseñado una temporada de lo más conservador y sin apenas directores invitados de relevancia. Hay quien dice que sólo aquéllos de los que pueda conseguir conciertos en el extranjero. Y, además, dos programas menos en el abono. Es curioso, va de visita la Sinfónica de Madrid (con López Cobos, que prometió no volver a dirigir nunca más a la Sinfónica de Sevilla después de aquella huelga en el «Otello»), pero ninguna orquesta andaluza. Así es difícil construir la «realidad nacional» de la que habla Chaves en el proyecto de nuevo «Eztatuto», y eso que la Junta controla a las cuatro orquestas andaluzas, pero el caso es que ninguna de ellas visita a las otras. Raro, ¿no?
Nada que ver con la próxima temporada de Jerez, con siete títulos, dos nuevas producciones y un «Onegin» con Chernov, Arteta y Jordi. Y eso con un presupuesto que es la tercera parte del Maestranza. Menos mal que Jerez está sólo a una hora de Sevilla.

El año pasado por estas fechas se publicó una entrevista-apología a Pedro Halffter en Opera Actual. Presúntamente Pedro Halffter exigió reescribir el texto y, además, dijo que quería que se le dedicase la portada. Bien, se le dijo, pero eso cuesta un dinero. Así que después de un año se recibió el dinero, pero no pagado por Pedro, sino -como me lo cuentan, se lo cuento- por el Maestranza. Yo no me lo puedo creer, pero si así fuese, se iría explicando a dónde se va el presupuesto del teatro, con más dinero que nunca y menos oferta que nunca. El dispendio en publicidad, con el nombre de Pedro Halffter por todos lados, es ya bochornoso.

En cambio las cosas con Halffter van mucho mejor en Gran Canaria, donde sí está consiguiendo realizar una labor eficaz y hacerse querer. Cuentan que su Tercera de Mahler ha resultado excelente. Beckmesser ya se lo dijo: «Ojo, que el que mucho abarca poco aprieta y eres muy joven para tan altos vuelos». Pero los consejos están para eso, para no seguirlos.