Ya ven que Beckmesser no se suele equivocar. Anunció que no era oro todo lo que relucía en el proyecto del Teatro de las Tres Culturas de José Luis Moreno. Caballé se despidió hace un año haciendo mutis por el foro y de su sustituto, José Cura, no se sabe nada. Pero lo peor es que aún no sabemos cuando se pondrá la primera piedra real, cuando se nos dijo que la primera temporada sería en 2006.

Y, hablando de primeras piedras, no hay más remedio que recordar las palabras de Ruiz Gallardón al poner la primera susodicha en el Teatro del Escorial: «Lo importante no es el edificio que hoy comienza a construirse, sino el proyecto que vendrá después. El contenido y no el continente». Pues bien, el continente está a tres meses de terminarse, pero el contenido, su proyecto cultural es todo un misterio. De momento el continente es espectacular. La obra más importante realizada en la sierra madrileña tras el Monasterio. Todos los que han entrado en él se han quedado boquiabiertos, hasta los que eran acérrrimos enemigos desde fuera. Un Rolls que precisa un mantenimiento acorde.

Ana Esteban, quien fuera gerente de la ABAO hasta finales del pasado año, se halla en negociaciones para asumir funciones artísticas y de producción como mano derecha de Pedro Halffter en la Maestranza sevillana. La deseamos mucha suerte en lugar, hoy por hoy, tan «difícil».

Parte del público que asistía a «Mitridate» en el Real protestó airadamente porque no podían ver a los solistas. No ocupaban entradas con visibilidad reducida, sino que todos los conjuntos se habían desplazado hacia adelante, cubriendo el foso. Fue una decisión equivocada del director técnico del teatro, puesto que los decorados que traía el ballet de la Scala no impedía realmente celebrar el concierto como habitualmente. Minkowski intentó calmar al público cambiando colocaciones pero fue inutil. El gerente acudió tras el telón pero tardaba en saber qué decir. El maestro urgió: «O sale usted ahora mismo a dar una explicación o me voy a mi casa». Muñiz dio la explicación y bien dada, echó las culpas al teatro, prometió que no volvería a suceder y ofreció la devolución del importe de las localidades. Nada que ver con Cambreleng cuando Kraus. El espectáculo empezó media hora tarde. ¿Qué pensará Minkowski? porque en la primera de aquella «Flauta Mágica» que no quería dirigir colocaron oculto una especie de despertador que sonó hasta agotarse la alarma sin que nadie lo encontrase. Ahora hay miedo ante lo que puede suceder en «Don Giovanni». Parece ser que los acomodadores preparan algo en reivindicación por puestos estables.

Tras el desmadre de Pons en las banderolas del Auditorio Nacional ha llegado el huracán Halffter en los anuncios publicitarios de las temporadas de ópera y orquesta sevillanas. Bien claro figura su nombre: dirección artística «Pedro Halffter». Digo lo que dije con Pons. Hay quien se cree Brujo siendo Aprendiz. Hay quien ha justificado el disparate con la frase: «Pedro es un genio y hay que dejarle hacer». A propósito: ¿es que hay más dinero en la Maestranza para publicidad que para las producciones?

Pues sí que se han lucido Radio Clásica y el Ente televisivo este verano. No sólo se tiró inutilmente el dinero que no existe, con dos locutores para un mismo concierto retransmitido por radio y televisión, sino que han abundado los errores. Así se pudo escuchar a un presentador en una retransmisión de un concierto de José Bros anunciar que escucharíamos «Che gelida manina», pronunciado tal y como está escrito. Y otro día preguntar al organizador de un festival si el autor de «War Requiem» iba a asistir. En fin…